martes, 31 de mayo de 2016

Río de Janeiro, paraíso y purgatorio

Vista desde el Pan de Azúcar

Río de Janeiro es una ciudad única, que goza de una situación privilegiada. Está situada en la zona tropical (a 22º S), en una bahía amplia cerrada poruna boca muy estrecha, tiene playas espléndidas, selva tropical y montañas puntiagudas. Dentro de la ciudad hay una albufera, playas maravillosas, un parque natural, el Parque de Tijuca, que es una selva, bellos edificios y gente llena de alegría y ganas de vivir. 

Los paisajes son maravillosos, la vista desde el Pan de Azúcar es sensacional, sin embargo la que puede verse desde el Cristo de Corcovado, una de las siete maravillas del mundo moderno, me parece aún mejor. Creo que es una de las mejores vistas del mundo. El viajero se asombra, las palabras se acaban y el tiempo que se pasa allá arriba siempre parece corto.
          
 El Pan de Azúcar visto desde el Cristo de Corcovado
                
Montañas con un tupido manto verde de árboles, colinas de color bizcochos de chocolate, casas blancas y luminosas, y el mar con un color tan delicado como los de una acuarela japonesa. Una gozada para los sentidos, con un colorido marrón, verde, blanco y azul que apenas si se difumina con la distancia; será el hechizo de la luz tropical, pero sea lo que sea es una maravilla. Un paisaje de tonos apetitosos.

Otra vista desde el Cristo de Corcovado

La ciudad guarda muchos otros encantos, como esas calles encajonadas entre altísimos rascacielos, en una semioscuridad bañada por el reflejo del sol tropical. Sombra luminosa, penumbra mágica. Río es una coudad de imágenes y colores mágicos, donde hasta los blancos sonríen como si fueran negros y los negros parecen haber llegado a casa.

En Río todo el mundo es feliz, o al menos lo parece, o al emos se lo cree, que al fin y al cabo es una forma de ser feliz. Otro sitio estupendo es el Pan de Azúcar, a donde se puede subir en dos teleféricos. Arriba hay un delicioso jardín tropical lleno de monos capuchinos muy simpáticos.
 
Subiendo al Pan de Azúcar 

Río tiene muchas otras cosas: un lago dentro de la ciudad, una selva tropical en el llamado Parque Nacional de Tijuca, playas maravillosas (Leblon, Ipanema, Copacabana)...y también 728 favelas, la mayor de las cuales, llamada Rosinha, tiene un millón de habitantes y está al lado de las playas..

Vista nocturna desde la cima del Pan de Azúcar, a la izquierda 
se ve el Cristo de Corcovado iluminado


Parque Nacional de Tijuca

Porque además de toda esa belleza, la ciudad también está formada por miseria y delincuencia. El viajero debe tener cidado, respetar las reglas y tener suerte. Por ejemplo,en la escalera de Selarón, ricamente adornada con azulejos de todo el mundo, no se aconseja subir hasta arriba, porque el barrio no es seguro.

Escalera de Selarón, decorada con azulejos de lo más variopintos

Jorge Selarón (Chile, 1947) comenzó a decorar las escaleras que llevan su nombre en 1990 y en 2013, fué encontrado muerto sobre esos escalones que fueron prácricamente su casa durante 23 años.

Escalera de Selarón

Museo del futuro, de Calatrava

Cerca está Petrópolis, la ciudad imperial de Pedro II de Brasil, llena de palacios y casas señoriales como ésta de aquí abajo.

Casa señorial, en Petrópolis

Allí nació y vivió Alberto Santos Dumont (1873-1932), el primer hombre que hizo un vuelo autónomo y controlado con un ingenio más pesado que el aire, en París en 1906. Los hermanos Wright volaron en 1903 en un avión impulsado por una catapulta. Santos Dumont no patentó ninguno de sus inventos y todos los dejó como Dominio Público.


Réplica del 14 bis, el primer prototipo que voló de manera autónoma y controlada.

Río de Janeiro, plagado de vistas maravillosas, gente llena de alegría de vivir, futbol y samba, pero tambien favelas. miseria y violencia. Como dice el título, paraíso y purgatorio.


El Cristo de Corcovado, una imagen modernista  de 30 m acabada en 1931 que bien 
merece haber sido elegida como una de las siete maravillas del mundo moderno.

Publicado por Antonio F. Rodríguez.